martes, 12 de febrero de 2008

ABDERRAMÁN III


El califa Abderramán vivió 70 años y reinó 50.

Fundó la ciudad palatina de Medina Azahara, cuya fastuosidad aún es proverbial, y condujo al emirato cordobés de su nadir al esplendor califal. De él dijo su cortesano Ibn Abd al-Rabbihi: "la unión del Estado rehízo, de él arranco los velos de tinieblas. El reino que destrozado estaba reparó, firmes y seguras quedaron sus bases (...) Con su luz amaneció el país. Corrupción y desorden acabaron tras un tiempo en que la hipocresía dominaba, tras imperar rebeldes y contumaces."

Bajo su mandato, Córdoba se convirtió en un verdadero faro de la civilización y la cultura, que la monja germana Hroswita llamó Ornamento del Mundo.

Derrotado en la Batalla de Simancas por Ramiro II de León, fue incapaz de reducir a los reinos cristianos del norte de España.

ARTE ISLÁMICO: MEDINA AZAHARA


Las obras comenzaron en 936, a cargo del maestro alarife Maslama ben Abdallah. No obstante, las obras se prolongan hasta el reinado de Alhakén II, lo que explica las similitudes estilísticas entre esta ciudad y la ampliación de la mezquita de Córdoba.

Se ubica en las faldas de Sierra Morena al pie de la montaña Yebel al-Arus y en contacto con el valle del Guadalquivir. La topografía en pendiente de este lugar explica su disposición en terrazas o niveles, el primero de los cuales corresponde a la zona residencial del califa, seguido por la zona oficial (casa de los visires, cuerpo de guardia, salón rico, dependencias administrativas, jardines...) para finalmente albergar a la ciudad propiamente dicha (viviendas, artesanos...) y la mezquita Aljama, separadas de las dos terrazas anteriores por otra muralla específica para aislar el conjunto palatino.

Medina Azahara presenta una planta rectangular de aproximadamente 1500 metros por 750 con trazado ortogonal y una red de alcantarillas y abastecimiento de agua perfectamente planificada. Está considerada la mayor superficie urbana construida de una sola vez en el Mediterráneo.